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La creatividad en publicidad: el valor que marca la diferencia

por | 16 diciembre 2016 | Creatividad, Marca, Publicidad, Todos

La creatividad en publicidad siempre triunfa, eso nadie lo discute. La prueba está en que todos recordamos los anuncios publicitarios más auténticos como, por ejemplo, los de una conocida marca de cerveza, que siempre nos sorprende con situaciones extrañas que captan nuestra atención. En los últimos tiempos, miremos donde miremos, encontraremos información y publicidad, por eso lo más importante es marcar la diferencia para no pasar desapercibidos.

Publicidad informativa

Pero ¿existe la publicidad sin creatividad, es decir, meramente informativa? Esta pregunta podría generar debate dentro de un contexto especializado en la materia, pero el resultado sería siempre que sí. Y no es que carezca de originalidad, sino que su objetivo es precisamente ese: informar. Esto puede darse cuando su público objetivo es muy exigente y necesita saber mucho sobre el producto antes de considerarlo. O bien porque es un nuevo lanzamiento y necesita demostrar su fiabilidad. O porque ya existía, pero queremos realizar una renovación de mensajes y reorientar su alcance. Eso siempre hablando, claro está, de una publicidad bien estudiada.

Publicidad vs realidad

Lancemos otro debate: ¿es la creatividad tan importante como para fagocitar al propio producto? En los últimos tiempos, y en algunos casos, parece ser que sí.  Es tanta la competencia hoy en día en todos los mercados, que se ha tenido que producir una renovación de mensajes, y la publicidad creativa es la única solución. Pero no hay que olvidar que la publicidad es puro marketing -en el sentido positivo-. Esto significa que no debemos utilizarla para enmascarar un mal producto, sino para destacar sus puntos positivos sobre aquellos que no lo son tanto. Lo que es lo mismo, saber venderse.

publicidad_vs_realidad. Publicidad sin creatividad

¿Publicidad vs. realidad? El debate tiene un largo recorrido.

Pero entonces, ¿una buena campaña vendería un mal producto? Muy malo tendría que ser para que no lo vendiera, al menos a corto plazo. Apenas lanzada la campaña, si es buena, conseguirá llegar a gran parte de la población y convencer de su efectividad. En cambio, el exceso –a veces positivo y otras veces negativo- y la gran accesibilidad a la información de que disponemos hoy en día, jugaría en nuestra contra. Y es que son abundantes los foros y redes sociales donde los usuarios comentan las bondades y maldades de los productos adquiridos. Vendría a ser como el boca a boca 2.0. Muy pronto correría la voz de la verdadera no-calidad del producto y nuestra campaña no habría servido para nada. Por eso una buena publicidad no lo es todo. Conviene lanzar nuevos mensajes a empresas: deben realizar un seguimiento de las opiniones de la ciudadanía, para continuar mejorando y adaptando su bien o servicio.

Este es el motivo por el que conviene una correcta modernización del lenguaje empresarial, es decir, informar muy bien de qué es lo que va a conseguir una campaña y cuáles son las responsabilidades de la empresa para con su producto.

César Bela
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