La Navidad recuerda lo que el marketing a veces olvida

La Navidad recuerda lo que el marketing a veces olvida, que somos personas.

Diciembre tiene una manía que me gusta: te coloca frente a lo esencial. No importa lo atropellado que haya sido el año; basta con frenar un instante para ver lo que a veces se nos escapa entre estrategias, campañas y métricas: que en marketing seguimos siendo personas intentando entender y acompañar a otras personas.

Durante el año nos perdemos entre KPIs, funnels, estrategias, automatizaciones… y está bien. Es parte del trabajo.
Pero diciembre tiene algo especial: te obliga a levantar la vista y recordar por qué empezó todo.

Este año he pensado mucho en eso. En cómo, detrás de cada proyecto, hay alguien que confía, alguien que duda, alguien que intenta hacer encajar sus propios retos con nuestras soluciones.

Y también en cómo, a veces, lo más valioso que entregamos como agencia no es un informe ni una idea creativa, sino algo menos visible: empatía, claridad, calma, honestidad, compromiso personal.

He tenido conversaciones con clientes y con el equipo que me han recordado que la intuición sigue siendo una herramienta poderosa… pero solo cuando se combina con escucha real. Que no hace falta adornar los mensajes cuando quien tienes delante lo que busca es cercanía y claridad. Que la ilusión no es infinita: se alimenta, se construye y también se contagia.

Y ahí es donde quiero centrar este agradecimiento.
No en los “Feliz Navidad” de tarjeta, sino en lo que no suele decirse:

Gracias a quienes han confiado en nosotros y siguen haciéndolo, aun cuando el camino se ha puesto empinado, que viene a ser casi siempre.
A quienes nos han dicho la verdad cuando no hemos acertado.
A quienes nos han empujado, sin saberlo, a hacerlo mejor.
Y gracias a mi gran equipo, que cada día me recuerda que la creatividad, tan necesaria en marketing, nace de cómo somos, no solo de lo que hacemos.

La Navidad no viene a cerrar el año.
Viene a recordarme por qué merece la pena empezarlo otra vez.

Feliz Navidad.

Y gracias por acompañarnos un año más en este camino tan humano que a veces se disfraza de marketing.